Control de la contaminación cruzada
¿Cuáles son las principales infracciones cometidas en el saneamiento de equipos y entornos?

El sector alimentario tiene un reto constante: asegurar la calidad y la seguridad de los alimentos que consumimos. Más allá de los sabores o los ingredientes, hay algo invisible pero esencial: la higiene en la que se procesan. Aunque no lo veamos, una planta de procesamiento de alimentos debe estar impecable para evitar lo que conocemos como contaminación cruzada. Y no hablamos solo de limpiar lo que está a la vista. La contaminación puede esconderse en esquinas, equipos mal mantenidos o superficies mal desinfectadas.
Los números hablan. Casi 1 de cada 3 infracciones que detectan las autoridades en las inspecciones están vinculadas a problemas de saneamiento en equipos y entornos. Un tercio. Esa es una cifra alarmante, porque significa que muchas de estas instalaciones no están cumpliendo con los estándares que necesitamos para que nuestros alimentos sean seguros. Si nos vamos a los datos globales, las cifras son aún más escalofriantes. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año hay 6 millones de casos de enfermedades causadas por alimentos contaminados. En otras palabras, lo que no vemos puede enfermarnos, y peor aún, costar vidas.
Pero, ¿qué es lo que está fallando? ¿Cuáles son esas infracciones que ocurren repetidamente? En este primer artículo de la serie, vamos a desglosar algunas de las principales infracciones relacionadas con el saneamiento. Porque si no conocemos los problemas, difícilmente podremos corregirlos.
Principales infracciones en el saneamiento de equipos y entornos
Zonas propensas a infestaciones: Lugares donde el saneamiento es deficiente y se convierten en el paraíso para plagas. Esto es más común de lo que se cree y difícil de controlar si no se hace limpieza a fondo y regularmente.
Precauciones insuficientes para patógenos y alérgenos: Los patógenos y alérgenos son enemigos invisibles. Si no se toman las precauciones necesarias, pueden contaminar no solo un lote de alimentos, sino varios, si no hay un buen control.
Superficies no limpias (paredes, suelos, techos): No se trata solo de que los equipos estén limpios, las superficies que rodean la zona de trabajo también deben estar impecables. Es fácil olvidar limpiar una pared o un techo, pero esas superficies acumulan suciedad y pueden contribuir a la contaminación.
Mal diseño de la planta: A veces, el problema no es la limpieza en sí, sino que la planta de procesamiento está mal diseñada. Si el espacio no permite una buena circulación de aire o los equipos están mal ubicados, esto puede favorecer la acumulación de suciedad y bacterias.
Equipos mal mantenidos: Los equipos que no se desarman adecuadamente para limpiarlos son focos de contaminación. Incluso un pequeño residuo de alimentos en un utensilio mal lavado puede ser suficiente para generar un brote.
Almacenamiento inadecuado: No solo es importante cómo se procesa la comida, sino cómo se almacena. Ingredientes mal almacenados pueden contaminarse y luego, al ser utilizados, generar un problema mayor.
Condensación o goteras: Estos problemas son más comunes de lo que pensamos. El agua que gotea puede arrastrar bacterias hacia los alimentos o superficies de contacto, creando una fuente de contaminación cruzada difícil de controlar.
Saneamiento, algo más que una obligación
El saneamiento en el sector alimentario no es solo una regla a seguir para cumplir con la normativa, es un compromiso con la salud pública. Cada medida que se toma para limpiar y desinfectar correctamente las áreas de trabajo, las superficies de contacto y los equipos es un paso hacia la prevención de enfermedades. No podemos permitirnos tomar atajos.
Las inspecciones de la FDA han mostrado consistentemente que la falta de mantenimiento y limpieza adecuada de las plantas de procesamiento es una de las principales razones por las que los alimentos son retirados del mercado. Imagina el costo no solo económico, sino de reputación, que esto implica. ¿Qué pasaría si un cliente pierde la confianza en la seguridad de tus productos? Esa es una pérdida que no se puede medir solo en dinero.
¿Por qué es importante actuar ya?
Este artículo pertenece a una serie en la que Vikan desglosa más a fondo cada uno de estos problemas. Vamos a hablar sobre soluciones prácticas y estrategias que las empresas pueden implementar para evitar caer en estas infracciones. Porque la limpieza, aunque parezca obvia, es más compleja de lo que parece.
Al final del día, cuidar el saneamiento no solo protege a las personas que consumen los productos, sino que también protege a la propia empresa de problemas legales, retiradas costosas y pérdida de confianza. Limpiar no es un gasto, es una inversión en seguridad y en el futuro del negocio.
Así que, si gestionas una planta de alimentos, es hora de preguntarte: ¿está realmente limpia? ¿Estamos tomando todas las precauciones para evitar la contaminación cruzada? Este es solo el primer paso para asegurarnos de que la respuesta sea un «sí» rotundo.
Próximamente en la serie: Estrategias para un saneamiento eficaz.